
La carrera para proteger una de las especies de loros más emblemáticos del Neotrópico, como el Gran Lapa Verde (Ara ambiguus); representa el esfuerzo de los grupos conservacionistas para proteger los nidos donde anidan estas aves, educar a las comunidades en la protección de estas especies y finalmente restaurar el hábitat degradado para generar los recursos necesarios que la especie necesita para ser sostenible.
Este último, es probablemente el más difícil de conseguir y el que más tiempo lleva, regenerar la cubierta forestal y hacerla funcional es una tarea de decenas de años, esto debido a la germinación y crecimiento de los árboles, son extremadamente difíciles de germinar y su proceso de crecimiento es muy lento. Un ejemplo de esto es el Titor (Sacoglottis trichogyna), que representa un recurso invaluable para la alimentación del Gran Guacamayo Verde en los llanos del norte de Costa Rica, siendo esta la segunda especie en importancia en la alimentación del Gran Lapa Verde.
El Titor es una especie muy valorada por los madereros ya que la propiedad de su madera hace que sea muy fácil de trabajar y muy resistente, por lo que es una especie muy rara en el norte de Costa Rica; por tanto, encontrar individuos para recolectar semillas y reproducir esta especie en el vivero se convierte en una tarea muy difícil para nuestro equipo, pero eso no es todo, el porcentaje de germinación de esta especie es muy bajo comparado, por ejemplo, con el Almendro de montaña (Dipteryx oleifera).
De cada 100 semillas de Almendro de Montaña 90 germinan exitosamente; mientras que en muchos casos de cada 100 semillas de Titor solo germinan 10 y en algunos casos ninguna, el cual fue mi caso muchas veces; después de buscar los árboles semilleros, lo cual ya es difícil, en algunos casos recolectamos grandes cantidades de semillas (500-800) y ninguna de esas semillas germinó, sin duda una gran decepción después de todo el trabajo de búsqueda de estos árboles raros.
Sin embargo, después de casi 3 años de intentos, diferentes tratamientos de pre-germinación, recomendaciones de expertos y literatura de consulta, pude germinar la primera semilla de Titor en nuestro vivero en Sarapiquí. Debo admitir que a veces pensé en darme por vencido y no intentarlo más, porque en algunos casos pasé 9 meses esperando la germinación y no pasó nada; pero el amor por la Gran Lapa Verde y ese instinto de exploración no me permitieron rendirme.
El último intento antes de lograr germinar esta preciosa semilla, comenzó a principios de agosto, cuando hice la primera recolección del año de un árbol cerca de nuestra estación en Sarapiquí; en ese momento mi equipo y yo recolectamos un total de 240 semillas, las cuales limpiamos y germinamos en nuestro vivero en un sustrato hecho de 50% tierra con alto contenido orgánico y 50% de arena, además de esto, las semillas estaban en germinación bajo sombra completa y con humedad constante.
Desde el principio supimos que la germinación no iba a ser algo fácil, tendríamos que esperar varios meses (al menos 3 y si tienes suerte); a finales de octubre, y después de cuidar una semilla durante 3 meses (como un bebé, literalmente), me sentí un poco decepcionado cuando no vi ningún cambio; pero durante la primera semana de noviembre mientras hacía el mantenimiento del vivero, observé una planta extraña saliendo del suelo, supe en el momento en que la vi que no era una maleza; después de casi 4 meses, ¡mi primera plántula de Titor! Tuve una sensación tan reconfortante como la que tuve la primera vez que observé un polluelo de Gran Lapa Verde en un nido natural, ¡algo asombroso!
Si bien todavía tenemos mucho que aprender sobre esta semilla, incluidos nuevos métodos para acelerar la germinación; ahora conocemos las bases necesarias para germinar esta increíble semilla, y eso es un buen comienzo en la producción de plántulas y la protección del recurso alimenticio para el Guacamayo Verde.
By Mario Jiménez
Líder de Campo