Ha pasado más de un año desde que 14 Guacamayas Rojas fueron liberadas del Centro de Cría en Punta Islita. Sabemos que varias de estas aves, como la adorable pareja que inspira este blog, están disfrutando del amanecer desde el gran Guanacaste junto a nuestros comederos. Otros, como Lola y Tookie, son vistos con menos frecuencia en estos días y nos preguntamos acerca de sus aventuras. Esto es algo bueno, ya que significa que han abrazado plenamente la vida en la naturaleza y ya no dependen de nosotros. Literalmente, han abandonado el nido y están desplegando sus coloridas alas a lo largo de la península de Nicoya. Pero este sería un blog corto si no nos explayáramos sobre lo que sí sabemos de sus aventuras. Así que, sin más preámbulos, volvamos a la historia de amor de Mary Ann y Flybird.
A diferencia de las otras aves liberadas el año pasado, no es la primera vez que Mary Ann vive en libertad. Quizá recuerdes que eclosionó en la naturaleza, en una palmera muerta, de sus padres Scarface y Elvira. Las palmeras muertas son lugares horribles para hacer un nido, y bastó una fuerte lluvia para derribarlo, con Mary Ann dentro.
Ella fue rescatada por el equipo de MRN y llevada al centro de cría, donde fue criada el resto del camino por nuestro diligente equipo de aves. Cuando comenzó a volar, se mudó con la bandada de pre-liberación, esperando ansiosamente su regreso a casa. Fue liberada en 2018 con otras 12 aves cuando tenía un año, pero su regreso a la naturaleza duró poco. Un altercado con otra ave la dejó con un agujero en el pico y estaba de vuelta con el equipo de aves, solo un día después de su liberación. Un golpe devastador, sin duda, pero dicen que todo pasa por algo. Resulta que este incidente es lo que la llevó a su futuro amor, Flybird.
Se desconoce el origen de Flybird. Probablemente, fue rescatado del comercio de mascotas, pero nunca lo sabremos con certeza. Lo que sí sabemos es que era el compañero perfecto para mantener a Mary Ann alejada de los problemas. Fue amor a primera vista para Mary Ann, aunque Flybird necesitó algo de convencimiento (después de todo, era bastante joven para ese nivel de compromiso). Pero su insistencia en jugar con él y posarse a su lado por la noche acabó por convertirse en acicalamientos de pareja, luego en besos, y el resto es historia. Los lazos fuertes son comunes entre las guacamayas, pero hay algo entre ellos que lo hace único. Mary Ann es atrevida y descarada, mientras que Flybird es paciente y tranquilo (al menos la mayor parte del tiempo). Se equilibran mutuamente y su amor es tan vibrante como sus plumas.
Ahora, más de un año después de su liberación, la pareja de moda del centro de cría sigue junta y su vínculo es más fuerte que nunca. Cuando Mary Ann fue devuelta al centro de cría tras su primera liberación, no estábamos seguros de cómo le iría si volvía a ser liberada. Aunque cumplía los requisitos para ser liberada, no era tan buena candidata como Flybird, que llevaba más tiempo en cautividad. Nuestra esperanza era que, como su pareja, Flybird la mantuviera cerca de él y fuera de peligro mientras ella se adaptaba a la vida en libertad. Así lo ha hecho y, como resultado, ambos han pasado un primer año feliz en la naturaleza. Son visitantes habituales de nuestros comederos silvestres, lo que no es de extrañar dada su larga historia en el centro. Sin embargo, también buscan frutos silvestres, exploran la zona y disfrutan de las vistas del hábitat al que pertenecen.
Mary Ann lleva oficialmente un año y medio en libertad, el mayor tiempo que ha estado a pesar de haber nacido allí. Gracias a todos nuestros colaboradores y socios que la han ayudado en su historia de redención.
P.D. ¡Este Día Mundial del Loro también puedes ayudar a los guacamayos verdes a llegar a su hábitat natural! Entérate aquí.
Carey Wentz
Directora de Comunicación
