
Esta es la primera parte de dos, analizando parte de la ciencia y tratando de responder algunas preguntas sobre la liberación de guacamayos. Voy a usar los guacamayos rojos y nuestro sitio de liberación de Punta Islita como ejemplo de todo esto, ya que es donde estaremos liberando nuestro próximo grupo de aves. La primera libración en Punta Islita ocurrió en 2011, desde entonces se han lanzado más de cincuenta individuos aquí. Es importante destacar que algunas de estas aves han comenzado a reproducirse, con la primera reproducción exitosa documentada en 2015. Los conceptos de ‘liberación’ y la ‘reintroducción’ a veces se usan indistintamente, por lo que pensé que podría ser útil entender a qué nos referimos cuando hablamos de reintroducción. Entonces, lo que es más importante, ¿Tiene algún valor en la conservación?
Para responder a estas preguntas, primero necesitamos saber qué es una reintroducción y luego ver nuestra situación en Punta Islita. Acompáñame mientras echamos un vistazo más profundo a un poco de la ciencia detrás del trabajo que hacemos.
Primero, una definición formal y muy general. La UICN, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, define una reintroducción como “el movimiento intencional de un organismo a una parte de su área de distribución nativa de la que ha desaparecido o ha sido extirpado en tiempos históricos” (IUCN/SSC, 2016). Traducido esto significa, “liberar una especie en algún lugar donde se encontraba, pero ya no se encuentra”. Entonces, para que nuestra liberación de guacamayos rojos sea una reintroducción, necesitamos saber si alguna vez hubo guacamayos rojos viviendo en la Península de Nicoya, la región que rodea a Punta Islita. Para muchas especies, los mapas de distribución histórica son inexistentes o poco fiables. Este es el caso del Guacamayo Rojo. Aunque podemos hacer una conjetura fundamentada utilizando nuestro conocimiento actual de la biología de la especie, esto seguiría siendo una conjetura. Para extinciones locales recientes, también conocidas como extirpaciones, los adultos mayores de la comunidad local son una gran fuente de información. Si alguna vez ha visto un guacamayo rojo, probablemente estará de acuerdo en que no es un ave que se pueda pasar desapercibido fácilmente, sus colores vibrantes exigen atención. Si alguna vez ha escuchado el llamado o canto de un guacamayo rojo, estoy 100% seguro de que estará de acuerdo en que sus oídos no olvidarán ese sonido tan característico. No son un pájaro que pueda ignorar u olvidar. Entonces, preguntamos a los adultos mayores de las comunidades aledañas a Punta Islita si recuerdan haber visto guacamayos rojos volando libres cuando eran jóvenes, evidencia sólida de que los guacamayos rojos son nativos del área alrededor de Punta Islita. Sus historias también sugieren que desaparecieron del área hace unos cincuenta años, lo que coincide con la deforestación generalizada en la región, con un mínimo del 21% de la cubierta forestal restante en la Península de Nicoya en la década de 1980 (Calvo-Alvarado et al., 2009). Con esta información, además de nuestro conocimiento de que no había guacamayos rojos volando alrededor de Punta Islita antes de 2011, podemos decir con seguridad que el proyecto en Punta Islita es un proyecto de reintroducción.
Esto es genial, pero luego hicimos una pregunta potencialmente controversial: ¿Hay algún valor en la conservación para una reintroducción en Punta Islita? Hay quienes argumentan que las liberaciones de guacamayo rojo no son necesarias en Costa Rica (Monge et al., 2016). Mientras lee este blog de una organización que libera guacamayos rojos, probablemente pueda adivinar dónde nos encontramos en este tema. Pero creo que vale la pena ser explícito aquí; creemos que las reintroducciones son una herramienta de conservación útil, como cualquier herramienta, pero hay un lugar y un momento en que son más efectivas. La efectividad es clave para garantizar que tengamos el mayor impacto para los guacamayos con los recursos que tenemos. Pero ¿Cómo sabemos cuándo las reintroducciones pueden ser efectivas? Pronto llegaremos esa respuesta.
Sabemos por el seguimiento de la población de guacamayos rojos en la región del Pacífico Central de Costa Rica y el noreste del país que, si los niveles de caza furtiva son bajos, los guacamayos rojos volverián a colonizar naturalmente. Hay un par de otros requisitos previos, en primer lugar, depende de que haya una población saludable cerca para que se expandan. En segundo lugar, debe haber un hábitat al que puedan mudarse. Afortunadamente, la cubierta forestal en toda Costa Rica se ha recuperado de un mínimo histórico en la década de 1980 (Sader y Joyce, 1988; Calvo-Alvarado et al., 2009) y ahora hay bastante hábitat desocupado para que se muden. Desafortunadamente, en el noroeste de Costa Rica la recolonización natural es poco probable ya que no hay poblaciones saludables de guacamayos rojos. Aquí es donde las reintroducciones se convierten en una herramienta útil. Si no usáramos las reintroducciones, tal vez algún día, en un futuro lejano, la población del Pacífico Central se expandiría naturalmente y recolonizaría esta región. Pero para acelerar este proceso y ayudar a restaurar un ecosistema en pleno funcionamiento en esta región, podemos utilizar las reintroducciones.
Entonces, después de repasar rápidamente las reintroducciones y si son útiles, espero que pueda ver cómo y por qué creemos que las reintroducciones pueden ser una valiosa herramienta de conservación. Para los guacamayos rojos en la península de Nicoya, ofrece la oportunidad de ayudar a restablecer las poblaciones que fueron eliminadas hace más de medio siglo. Estamos haciendo esto al permitir que esos hermosos y ruidosos individuos de guacamayo rojo que no pueden ser devueltos a la naturaleza, contribuyan a la supervivencia de su especie a través de la reintroducción de su descendencia saludable. Esto es lo que estamos haciendo. Eso es lo que, junto a socios y colaboradores, seguiremos haciendo. Hasta el día en que las Guacamayos Rojos vuelvan a ser comunes en los cielos de la Península de Nicoya.
Próximamente la segunda parte…
Tom Lewis, MSc
Calvo-Alvarado, J. et al. (2009) ‘Deforestation and forest restoration in Guanacaste, Costa Rica: Putting conservation policies in context’, Forest Ecology and Management, 258(6), pp. 931–940. doi:10.1016/j.foreco.2008.10.035.
IUCN/SSC (2016) Guidelines for reintroductions and other conservation translocations. Version 1.0. Gland, Switzerland: IUCN Species Survival Commisson. Available at: https://www.iucn.org/content/guidelines-reintroductions-and-other-conservation-translocations (Accessed: 24 September 2019).
Monge, O. et al. (2016) ‘Genetic patterns and conservation of the Scarlet Macaw (Ara macao) in Costa Rica’, Conservation Genetics, 17(3), pp. 745–750. doi:10.1007/s10592-015-0804-3.
Sader, S.A. and Joyce, A.T. (1988) ‘Deforestation Rates and Trends in Costa Rica, 1940 to 1983’, Biotropica, 20(1), pp. 11–19. doi:10.2307/2388421.